lunes, 13 de enero de 2014

Publicidad enceguecedora

Queja No existe ley que regule brillo de vallas luminosas

Publicidad enceguecedora

**Si bien Nueva York está plagada de avisos luminosos, Ciudad Guayana se considera una ciudad de conductores. Urbanistas y funcionarios de Transporte Terrestre piden revisión de este tipo de publicidad, considerada como un elemento distractor y contaminante visual.  

Lilihana Lara Arévalo
llara@primicia.com.ve
Fotos: Miguel Frontado

El Peugeot 207 transitaba por la Avenida Guayana, muy cerca del Terminal de Pasajeros Manuel Piar de Puerto Ordaz. Eran las 7:00 de la noche de un sábado cuando el brillo turbó al conductor. Fue el copiloto el primero en iniciar la lluvia de opiniones junto a los otros dos pasajeros:  
-¡Eso va a causar un accidente un día de estos!  
Se referían a las pantallas publicitarias cuyo mercado empieza a ganar fuerza en Ciudad Guayana; una lluvia de luces que promocionan eventos y empresas y que se lleva la atención directa de conductores y transeúntes por diversos motivos, incluyendo su potencial cegador.  

Ley en mano
Blanca Carballeira es una de las detractoras de este tipo de publicidad. Urbanista y asistente
de la Unidad de Planificación Urbana de la Alcaldía de Caroní, ha llevado su preocupación al ente en el que trabaja.  
Lleva con ella un basamento importante: la Ley de Transporte Terrestre promulgada en 2008 y en la que también se aferra Alexis Ascanio, exjefe del Cuerpo Técnico de Vigilancia de Transporte Terrestre (Ctvtt) regional.  
En el artículo 92 de la legislación se habla de la prohibición de publicidades que perturben la visibilidad al conductor: queda prohibida la colocación de anuncios (...) en una franja de los predios colindantes a las mismas equivalente a cincuenta metros (50 mts) medidos desde el eje de la vía en las autopistas nacionales; de treinta metros (30 mts) medidos desde el eje de la vía en las carreteras pavimentadas y quince metros (15 mts) medidos desde el eje de la vía en las carreteras no pavimentadas, dentro o fuera del derecho de vía.  
En Caroní, es la dirección de Hacienda Municipal la encargada de autorizar la colocación de vallas publicitarias, tal y como lo expresa la Ordenanza de Impuesto sobre Propaganda y Publicidad Comercial. En ella se especifican las prohibiciones y la distancia que debe haber entre las vías y tales elementos.   El problema con este instrumento legal es que no se especifica el brillo que deben tener; quien desee colocar cualquier tipo de aviso publicitario, solo debe llenar una planilla y cumplir con requisitos básicos.  
“Yo tengo mis reservas con esas pantallas porque se trata de una luz intensa que puede afectar al conductor”, explica Carballeira.  
En Colombia, este tipo de publicidad está restringida. Juan Antonio Nieto, secretario de Ambiente, informó al diario El Tiempo que dichas pantallas “quedaron prohibidas en las grandes avenidas, para evitar que los conductores se distraigan y sufran accidentes”.  
Su regulación obliga que los avisos luminosos se coloquen en vías secundarias y midan de 15 a 18 metros de ancho. No deben superar los 15 metros de altura, ni estar sobre fachadas.  

Espacios de conductores
Son varias empresas las que prestan el servicio de las vallas luminosas. Efprovisión C.A. posee dos de ellas en Alta Vista y ahora levantan una tercera en Castillito. Ana Lucía Ramos, agente de ventas, asegura que jamás ha escuchado quejas por la luminosidad, al contrario, la empresa recibe muchas llamadas agradeciendo los mensajes educativos que colocan. “El brillo de nuestras pantallas está graduado”, cuenta.  
No hay restricción de colores a ser mostrados. Las empresas trabajan con diseñadores quienes se ciñen a la imagen de la organización o el evento a promocionar.
Aunque algunos publicistas aseguran que las pantallas son un avance para la ciudad. Carballeira advierte que no puede compararse a Guayana con espacios como Nueva York y Las Vegas, plagados de anuncios luminosos en cada metro cuadrado. Aquellas ciudades se consideran peatonales, irónicamente por los continuos embotellamientos que generan alta afluencia de transeúntes.  
“La gente camina mucho y puede ver las vallas con detenimiento. Aquí no es así”. La mayoría de los lugares donde están apostados estos avisos, son vías rápidas.

Pro ahorro energético
Una de las restricciones especificadas en la ordenanza sobre las vallas luminosas, se refiere a la necesidad de que Corpoelec autorice su levantamiento, para evitar desperdiciar electricidad, más aún en tiempos de ahorro energético.  
Ramos asegura que su empresa mantiene contacto directo con la organización, desde donde recomiendan el uso de tecnología Led (que es la que poseen) porque genera consumo eléctrico mínimo.  
También tienen establecidos horarios de funcionamiento: de domingo a jueves, de 6:00 de la mañana a 10:00 de la noche y el resto de la semana, se extiende hasta las 12:00 de la noche, tomando en cuenta que hay mayor flujo vehicular.

Sin incidencias
Fue en el año 1998 que Venezuela tuvo su primer aviso publicitario entre luces. La autopista Prados del Este se engalanó con los colores. Pantallas similares (con más tecnología) se han expandido por el resto del país.  
Más allá del destello, en la ciudad no se han registrado accidentes por estas vallas. Así lo informa un funcionario del Ctvtt que no puede ser identificado. Para quienes se quejan, la opción es el reclamo.  
“Si vienen para acá y ponen la denuncia, se estudia el problema. En otro caso, no somos adivinos”.

**Exceso de vallas
Blanca Carballeira advierte que en la Unidad de Planificación Urbana, se trabaja en un plan de manejo de las vallas. La cantidad de publicidad causa un desorden visual, que atenta contra el paisaje urbano.
Considera que están mal distribuidas, en una clara muestra de contaminación al paisaje y la vista de los guayaneses, a pesar de las ganancias que generan al municipio.

Publicado en Diario Primicia
Página 11 de la edición del 13/01/2013






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