lunes, 8 de julio de 2013

Profesora

Cuando más de la mitad de mi salón salió aplazado en inglés y la profesora ofreció repetir la evaluación, mi amigo me pidió ayuda. Como los idiomas se me daban demasiado fácil y tenía un 20 seguro en cada examen, accedí.
Nos vimos la tarde antes de la prueba. Llegué a su casa con mis libros y mis guías de ejercicios y noté rápidamente que su problema era de base: no tenía idea de qué era el verbo to be; que he o she se conjuga con is y que they y you van con are.
Antes de enseñarle cómo decir "estoy vistiendo mi uniforme escolar", era necesario que supiera construir una oración básica y se nos fue la tarde en ejercicios de ese tipo. Me fui a casa derrotada porque el tiempo no nos había alcanzado para mucho.
Al día siguiente, esperé dos horas fuera del salón mientras volvían a hacer la evaluación. La profesora daría la nota en ese mismo momento.
-¿Cómo saliste? - le pregunte al muchacho en cuanto me lo topé de frente.
-Saqué 02.
-Bueno... es que realmente tienes problemas con inglés.
-Lilihana, había sacado 03 en el examen anterior.
-Ahm... por lo menos ahora sabes más.
-Lilihana... -mi amigo me lanzó una mirada de fastidio- era exactamente el mismo examen. Por favor, nunca des clases.
Y aquí estoy. Ahora doy clases.

miércoles, 3 de julio de 2013

Citas costosas (y lo que buscan los hombres con ellas)

Un café, una cena, una salida al cine. Las relaciones empiezan de la misma manera.  El problema es que la economía del país a duras penas nos permite comprar comida y uno debe ingeniárselas para ganarse el corazón de la otra persona.
El café mejor te preparo en casa, con canela, nuez moscada y la leche tibiecita; la cena también en mis aposentos, que me boto preparándote unas arepas, un pancito, unas empanadas. Una se las ingenia.
Para el cine, la opción más económica es comprar las pelis (o descargarlas), poner unas cotufas en el microondas y verlas en casa. Claro, eso también está bastante cerca de una invitación sexual y para que no te escupan en la cara, mejor vas a la opción B: ir el lunes o el jueves, cuando la entrada es más barata.
Como todos saben este "truco", es toda una odisea conseguir entradas. Hay que ir al mediodía o comprarlas por tarjeta de crédito, también temprano. Caso contrario, olvídese. La otra dificultad es que se encontrará con una sala llena, nada sencillo para hacerse el cansado, pasar la mano por detrás de la espalda de la chica e intentar el acercamiento previo al beso.
Nada, si a usted de verdad le gusta esa mujer, tendrá que sacar platica, pagar las entradas y las chucherías y ruegue que el sacrificio valga la pena. A nosotras nos queda identificar las señales de cómo el susodicho quiere que retribuyamos la invitación.
Para las despistadas, formé entonces una escala de qué buscan los hombres al "desembolsillarse" una entrada. Si la llevan a la sala regular, un besito será suficiente y eso si le brindaron el refresco, las cotufas y los tequeños. Tampoco se trata de entregarse tan fácilmente.
Una película en 3D debe acercar las manos más rápidamente. Eso sí es beso seguro y cariñitos. No sea mala gente y responda los mensajes del día después, que el tipo está haciendo un esfuerzo, aunque chiquitico.
Ahora, si la invitación es la la sala premium... yo le sugiero que se depile. No se ofenda y saque cuentas: entradas en día regular, más dulces y la posible cena... a una persona que gana sueldo mínimo le representa un buen golpe. Luego no diga que no le advertí.