Gusto 38 años tiene la famosa venta de helados en Manoa
El dulce sabor de Doña Maura
*** Si usted es guayacitano y no conoce los helados de Manoa, no está en nada. El dulce es referencia en toda la ciudad.
Lilihana Lara Arévalo
llara@primicia.com.ve
Fotos: Ricardo Rondón
Ismael Mirabal tuvo la necesidad de sentir el frío dulce en su garganta. Salió de casa, cruzó la calle, entregó y el dinero y se sintió estafado.
El helado que había comprado estaba "incompleto". El vasito de plástico a medio llenar lo cubrió de molestia y decepción. De allí salió una idea magnífica que se ha gestado en el corazón de San Félix por 38 años.
-¿Tú quieres hacer helados? ¡Yo te voy a enseñar a hacerlos! - Le dijo Maura Salgado a su hijo, quien le comentaba lo sucedido. Él con apenas 12 años, vio en aquella idea no solo la oportunidad de deleitarse, sino que sus ojos brillaron ante un buen negocio.
"Helados Doña Maura" es el nombre que reluce en la casa de la esquina, la número 13 de la manzana 5, de la calle Guaqueríes, en Manoa; un proyecto que convirtió a la familia en centro de referencia para toda Ciudad Guayana.
-¿Que cómo me siento? Feliz. Siempre es bueno que reconozcan tu trabajo - revela Maura, quien apenas ve las cámaras, corre a su cuarto a buscar su mejor pinta para representar su negocio.
Cuatro dulces décadas
Maura ríe cuando cuenta la anécdota de cómo empezó la venta. A cuestas lleva 38 años en los que hacer helados es parte de la rutina, así como preparar el almuerzo o darse una ducha.
Al mediodía, ya los helados están listos. Antes Maura trabajaba con sus hijos, quienes ya crecieron, levantaron vuelo y no están en casa. Ahora es una sobrina quien la ayuda.
-A mí me gusta hervir el agua. Es lo primero que hago, porque quiero un producto de calidad.
La cantidad y la lluvia de sabores, varía dependiendo del momento. Se hace lo que haga falta para llenar el arcoiris de sabores en el enorme congelador colocado en la entrada de la casa.
No solo han cambiado los "ayudantes" de Maura. Antes tenía una pequeñita neverita donde metía los helados que le quedó pequeña ante la demanda.
El punto del sabor
El punto de venta lo logró con el trabajo constante. Hoy los compradores van directo a la casa de Doña Maura. Antes eran ellos quienes enamoraban a los clientes al llegar hasta ellos.
Primero, Ismael cruzaba la calle. Frente a su casa hay una cancha que se llenaba de niños y jóvenes en las tardes. Fueron ellos los primeros en probar las delicias en sus sabores originales: colita de kool aid, colita con leche, mango, coco, moriche, lechosa y melón.
La propia Maura se entusiasmó con el negocio. Al inaugurar el Jardín de Infancia Juan Vicente Cardozo, ella se acercaba cada mediodía y vendía los dulces a padres y niños.
Así corrió la voz por el sector y después por toda Guayana.
-¡Yo vendía helados a una locha! - comenta Maura, quien ahora ofrece más de 20 sabores.
Coco para todos
Maura dice que todos los helados "salen". Todos son buscados, todos se venden, aunque
luego lo piensa mejor y declara al de coco como el soberano del refrigerador.
luego lo piensa mejor y declara al de coco como el soberano del refrigerador.
-Puede venir una persona a comprar diez helados y si no se lleva cinco de coco, es bien raro.
Ella, como buen herrero, tiene un cuchillo de palo y dice que no casi no come helados, nada extraño para quien dedica parte de su vida al oficio de endulzar con frío.
-Si me como uno, es un mango. Es mi favorito - revela.
Secreto sumarial
-Oye, el secreto... eso es ¿cómo dicen por allí? ¿Sumario? No, eso no se cuenta.
Maura se niega a contar lo que solo ella y su familia conocen. Los heladitos le han valido que sus muchachos salgan adelante. El propio Ismael se graduó de abogado, a punta de vender helados y estudiar duro.
Lo que sí cuenta la mujer es la clave del éxito: la constancia. Solo con constancia y dedicación, ha visto rendir los frutos del trabajo.
-Uno tiene que trabajar todos los días. No puede ser que venga un cliente y te pida un helado y tú salgas con que no hay este o aquel. La nevera tiene que estar llena.
Además de eso, Salgado recuerda aquel dicho tan olvidado en Guayana: "el cliente siempre tiene la razón". Al comprador hay que escucharlo y se deben aceptar las críticas.
-Viene alguien y te dice que el helado tiene mucho dulce, que le falta esto o aquello. ¿Tú te vas a poner a pelear? No, tienes que escuchar y hacer los cambios.
Con esas herramientas, inventiva e innovación, Maura habla de sus productos con gran satisfacción. En esta tarde de julio, un nuevo sabor atrae la atención de los compradores. Ahora venden helados de McFlurry, un invento de galletas, mantecado y leche, como el que venden en la popular franquicia. En ese momento, es el más llevado. Atrae el nombre y la publicidad que hacen en casa.
-Este helado ha gustado mucho, pero le voy a tener que cambiar el nombre. No vaya a ser que me quieran demandar...
***La mejor época
Como cualquier fruta, los heladitos de Doña Maura tienen su época "perfecta" para ser vendidos.
En vacaciones, fines de semana y los días feriados, la puerta de la casita no deja de sonar. Niños y adultos buscan el dulce, para dar un cambio a la rutina.
"La gente viene cuando quiere y siempre va a conseguir helados. Me aseguro que siempre tengan algo que llevarse".
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