domingo, 4 de agosto de 2013

El Callao en suspenso


Huelga Los trabajadores de Minerven no quieren más promesas

El Callao en suspenso

**Más de un mes de una huelga que parece no tener fin. Mientras se resuelva el conflicto laboral, tres ciudades se vienen abajo. Minerven constituye su principal aparato económico.

Lilihana Lara Arévalo
Fotos: Eliézer López

El Callao se siente diferente. Atrás quedó el colorido característico de sus monumentos; lo reemplaza un spray de insultos y reclamos. Tampoco se escucha la música estridente que impulsa el movimiento del cuerpo. Ahora hay gritos de reclamos y aclaratorias de grupos en los que todos quieren hablar .
Detrás de ellos hay un pueblo que observa con cautela, habla con prudencia y muestra su pensamiento con una acción: este lunes, 26 de julio, el comercio se paralizó durante 12 horas, una muestra de apoyo a los trabajadores de CVG Minerven y su medida personal de protesta ante el punto que mencionan todos los protagonistas del problema: el declive de la empresa; la destrucción de un patrimonio.
Génesis de un conflicto
A las afueras de la Planta Caratal de Minerven un grupo de obreros de la empresa aurífera colgaron hamacas, ubicaron mesas, y armaron un fogón. A las 11:00 de la mañana hay dos mujeres cocinando el aguaíto del mediodía.
Son parte del grupo de trabaja- dores del turno de 7:00 a 3:00. Esa jornada, la del 31 de julio de 2013, se cumplen 45 días de la protesta de brazos caídos que inició el 17 de junio con la tranca de la troncal 10 de la carretera nacional, principal vía de acceso al sur del país. Adentro solo está servicio mínimo, el personal justo y necesario para mantener en orden las minas.
Los obreros llevan tanto tiempo allí, que cada quien lanza un número distinto al señalar los días de protesta. Se sienten como en casa, una con una entrada tapizada con insultos a Franqui Patines, presidente de la empresa, los gerentes que lo acompañan y Elvis Soto, el secretario general Sinmioro, o como ahora lo conocen: el traidor.
Rafael Flores es uno de los primeros en tomar la palabra. Trabaja en el área de mantenimiento desde hace 21 años y junto a sus compañeros pide la cancelación de pasivos laborales.
Si bien el detonante de la pro- testa fue no cancelar la caja de ahorro, hace un recuento de los últimos años en la empresa en los que no reciben materiales de seguridad, leche, jabones y no se les permite tomar vacaciones u otros beneficios. Por el mismo conflicto, Luis Herrera Mendoza fue destituido del cargo de presidente de la empresa en 2011.
Porque si hay algo en lo que concuerdan las partes, es que la base del conflicto está en la gestión de Herrera. Paula Aular, gerente de recursos humanos de Minerven, recuerda las condiciones en las que Patines entró a la empresa: “No hubo compra de equipos, ni inversión. Los stock estaban en cero. Ningún proveedor le fiaba a Minerven ni un lápiz”.
En aquella oportunidad le pusieron fin a la mala administración a punta de protestas. Ahora esperan lo mismo: quieren la cabeza de Patines y los gerentes. Se hartaron de promesas. “Estaremos aquí hasta la muerte”, grita uno de los trabajadores y el resto se une a él.
Poder sindical
Elvis Soto se acercó a la prensa sin ser buscado. Apenas vio el auto rotulado, buscó los recortes de periódico que reseñan todo el conflicto en el que mantenía en silencio, hasta ahora.
Se refiere a los quienes protestan como “el grupito ese”. “Yo acaba de pasar por allá y no son ni 50 personas. Esto es una guarimba”. Los tilda de violentos aunque no se les ve armas en-
cima. “No tienen liderazgo, porque si así fuera, no tendrían la planta cerrada con cauchos y piedras”, asevera. Ciertamente, ese es el estado exterior de Planta Caratal. Acercarse a Mina Isidora es imposible para cualquier vehículo oficial, pues los habitantes de El Perú-Chile -en su mayoría mineros de la empresa- lo impiden, aunque afincan que no son violentos.
Tanto Soto como Aular señalan que se trata de una pugna sindical liderada por Exaviel Alexander, trabajador de Minerven y miembro del sindicato de la antigua Venrus.
Tras la nacionalización del oro y la fusión de las empresas mineras, los sindicatos Simpro y Simioro quedaron activos en la representación gremial.
Exaviel ya ha hecho esto antes. No quiere esperar las elecciones. Busca sabotear. Yo no quería decir nada, pero llega el momento de hablar”, señala Soto.
Necesaria auditoría
Según cifras del Banco Central de Venezuela (BCV), la producción de Minerven cayó en un 25% el primer trimestre de 2013, una cifra interesante al considerar que desde el 2012 la empresa absorvió a Venrus, PMG y MS.
Quienes protestan tienen una explicación: corrupción. Exigen a Nicolás Maduro, presidente de la república, que le eche un ojo a Minerven. Ya ni en Rafael Ramírez, el ministro de energía y petróleo, creen demasiado, tras verlo en una foto con el sindica- lista Soto.
Soto lo secuestró”, aseguran. Lo cierto es que una auditoría está en puertas de manos de Pdvsa, empresa a la que se le pidió una alta suma para el pago de pasivos laborales.
Entre los pasivos que entregó Pdvsa, llama la atención la caja de ahorro porque es un monto considerable. Es una incidencia por una mala praxis de una gestión que arrojó el pasivo a los trabajadores”, cuenta Aular. Tras ese procedimiento, se bajarán los re- cursos para cancelar lo que tanto piden.
Se explicó a los trabajadores que era necesaria una prórroga para otorgar el dinero. Ellos ya se hartaron y aunque la huelga estaba activa, la comisión de Pdvsa se dirigió a El Callao sin grandes resultados porque no se les permite entrar a la empresa.
A mí es que me van a auditar y ya quiero que lo hagan para que se termine esto”, asienta Aular.
Mientras eso ocurre, mientras la huelga llega a su fin, Aular acusa de “irresponsables” a los trabajadores por las pérdidas que se genera al Estado. Asegura que Mina Isidora se está inundando y que se pierde una producción de 400 kilos de oro diario.
Los trabajadores hablan de una deuda que supera los 600 mil bolívares a cada uno de ellos y hasta que no vean un compromiso real para cancelarla, seguirán en el portón. Entonces regresará el color a El Callao: el oro brillante.
En zozobra
Los comerciantes se suman al paro porque son primos, hermanos o amigos de los mineros”, dice Soto. Ellos dicen otra cosa, aunque desde el anonimato.
Hay que apoyarlos porque se les debe plata. ¿Si a usted le deben va a querer que le paguen, verdad?”, opina el dueño de un restaurante de la zona. Desde el paro, las ven- tas han bajado.
No es para menos. Ellos son los que mantienen El Callao, Guasipati y Tumeremo. Si esa empresa se viene abajo, todos caemos. Es un efecto dominó”, completa.


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Trabajo especial publicado en Diario Primicia, edición 04/08/2013
Página 20, sección "Regiones"



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