miércoles, 29 de mayo de 2013

El frustrado

Me convertí en la vívida expresión de "pajarito en rama" cuando el conductor del Metro de Caracas anunció la parada. Es que no importa cuánto se agudice el oído, quien contrata a estos señores deber hacerles una prueba para asegurarse que hablen muy rápido y que no se les entienda nada. 
-¿Padece un trastorno del habla? ¡Excelente! ¡Contratado!
Ser malhumorado seguro es el otro requisito, porque lo poquito que dicen suena golpeado; una especie de "bájate de esta mierda de una buena vez".
Reproducir las palabras en letras es complicado. Es como la voz de Kico -el personaje de El Chavo-, luego de mascar hielo toda la tarde. Una que no conoce la ciudad agradece por tener amigos que la guían o seguro pisaría cualquier barrio sin darse cuenta.
La verdad es que no tengo duda que estos hombres detestan su trabajo. De otra forma no me explico que hagan las cosas de mala gana todos los días. Deben sentir que es una tortura despertarse y saber que tendrán que recorrer la misma ruta una y otra vez.
Con estos especímenes me topé muchísimas veces cuando cubría sucesos. Los encontraba en el 1-7-1 cuando llamaba para pedir o confirmar una información. Si bien había operadores que te trataban con todo el cariño del mundo, otros seguramente acababan de recibir una patada en las pelotas.
-Ajá, anota rápido. Son ocho muertos.
Que no se le ocurra a usted pedir que le repitan algún dato, porque el tonito de "¿por qué me toca hablar con esta ladilla?" se hace más duro.
Este personaje tiene una capacidad mágica para multiplicarse. Se lo encuentra usted en la panadería, en la zapatería, en el banco y en cualquier esquina.
Entienda usted, simple mortal, que se trata de una plaga que consume a los más débiles. Sonría, finja demencia y lo más importante: evite convertirse en ellos. Como los zombies, una simple mordida puede pasarlo al lado oscuro y acabar con usted.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario