martes, 7 de mayo de 2013

Poetas de Calle


Acción Poética nació en México y se ha multiplicado en los países de habla hispana

Poetas de calle

**Dos amigos se emocionaron al ver las fotos de murales con frases líricas en Facebook. Coincidieron que Guayana debía engalanar sus paredes con más cultura y menos política. Desde enero salen por las noches y escriben mensajes de amor para todos.

Lilihana Lara Arévalo
llara@primicia.com.ve
Fotos: Lesly Martínez 
@leslyadelayla

Los tres saltitos hacia atrás se acompañan del sonido de las hojas secas y el pavimento. El muchacho admira la obra por instantes, captando los detalles que debe mejorar. Con la misma ansiedad regresa al punto inicial: un paredón blanco que emana aroma a pintura fresca, a creatividad, a un suspiro enamorado y a un libro por descubrir.
Otro joven lo acompaña. Apenas bajaron del carro, buscaron en el celular la foto de la frase que ahora reproducen juntos. A ojo midieron el espacio, abrieron la lata de pintura e iniciaron la avalancha de trazos que culminan con la firma: ACCIÓN POÉTICA PZO-VEN.
Desde principios de año, este par de chicos camina por un puente construido en una cuerda flojísima. De caer, pueden ser recibidos por los brazos y la ovación de los fanáticos, o por los colmillos afilados de quienes detestan lo que hacen.
A ellos poco les importa las opiniones adversas. Su idea es hacer una ciudad diferente, una con más lectores, con más cultura, con más consciencia, con mejores ciudadanos.

El movimiento
Cada mañana de domingo Armando Alanís Pulido tiene una cita con sus mejores amigas: poesía y rebeldía. Desde las siete de la mañana camina las calles de Monterrey, México, cargado con un balde de pintura, pinceles y los sentidos bien despiertos, ubicando lugares idóneos para dejar volar la imaginación con frases sencillas; cada letra llena de optimismo romántico.
La aventura inició en 1996. Aunque Armando se recibió como licenciado en administración, decidió lanzarse a los brazos de la lírica; a los de una musa palpitante que ha inspirado más de una decena de libros. Pronto entendió que si bien el papel perdura en el tiempo, el mensaje no se difundía lo suficiente. Pensó que no hay mejor forma de llegar a toda una ciudad que con palabras en un paredón. Así pasó de escribir para las masas, las de verdad, las que caminaban por las calles y se detenían deleitados con sus frases.
Fue un trabajo de ensayo y error. Originalmente regalaba líneas de autoría propia demasiado largas y confusas, pero cambió después a algo más preciso y conciso: no más de ocho palabras por mensaje e incluyó autores consagrados.
Los muchachos de Acción Poética Puerto Ordaz han leído la historia miles de veces. La narran con algunos baches en la memoria mientras recorren las calles de la ciudad y recuerdan los paredones perfectos para dejar su marca.
El trabajo es el mismo. De camino a la universidad, al trabajo, a un encuentro casual, a una salida familiar, los chicos están pendientes de los paredones blancos que puedan llenar de una literatura romántica.

Las reglas
El movimiento de Alanís se fue difundiendo. Como nunca ocultó lo que hacía, sus alumnos empezaron

a emularlo. De a poco las calles de Monterey se cubrieron de poesía que pronto germinó en el resto del país y el mundo. Los grupos de Acción Poética se fueron multiplicando y las fotos de los paredones con ellos. La red social Facebook fue fundamental para los muchachos guayaneses que, cada quien por su lado, veían emocionado la iniciativa.
Un día surgió la conversación entre ambos. Lo pensaron un poco y decidieron formar parte del movimiento. Se comunicaron con quienes manejaban el perfil oficial de Acción Poética y recibieron las instrucciones.
Se escribe en paredones blancos con pintura negra y letra de molde. Los mensajes deben ser cortos, ajenos a la religión, la política y el racismo. También les dieron una frase para empezar: Sin poesía no hay ciudad.
Fue en enero que se lanzaron en la oscuridad hasta un paredón cercano al Colegio Loyola Gumilla. Rompieron una regla y usaron una lata de spray, que era lo que se acomodaba a su bolsillo. En cuestión de minutos llenos de adrenalina, terminaron con el primer graffiti. Esa noche pintaron tres: el señalado por los chicos del perfil de Facebook, “Mi táctica es quedarme en tu recuerdo” y “Fue un amor conocerte, placer de mi vida”. De esa noche, el último aún está intacto, para suerte de ambos porque es uno de sus favoritos y el más recordado por sus seguidores.
-Al principio fue difícil. No hay que pararle a nada. Hay que darle y ya. Pasan los carros y la gente pita cuando te ve y eso, pero nadie se va a parar.
Las luces de la policía las únicas que les preocupan. Suelen llevar dinero extra por si deben “colaborar con los frescos”.
-Esta es la primera vez que los vamos a hacer con pintura. Con spray queda muy chimbo. Ya ahorita no cargamos tanto dinero para la policía. No nos sobró.

Amor al arte, de verdad
Ocho paredones es su marca. Esa noche graffitearon hasta que exprimieron las latas de pintura y las dejaron llenas de aire. Publicaron su trabajo en ACCIÓN POÉTICA PZO, la cuenta de Facebook que abrieron para difundir su trabajo. La bandeja de mensajes se llenó enseguida.
Descubrieron que no eran los únicos entusiastas por el movimiento, pero sí los únicos aguerridos.
-Desde que lo hacemos, todo el mundo nos ha dicho que quieren participar. Escribimos en el “estado” que vamos a rayar y nos dan uno que otro “me gusta”, pero nadie se anima. Cuando subimos las fotos, le dan mil “me gusta”.
Se valen de amigos, de la ayuda de algún pana que ofrezca el carro sin miedo. Cuando ocurre, dan vueltas por toda la ciudad con algunos lugares ya ubicados, pero los ojos bien abiertos por si surge otro.
-Sería beneficioso que se uniera gente por la cuestión del dinero para comprar la pintura. Es muy difícil conseguir quien nos lleve. Ni él ni yo tenemos carro.
A sus amigos les extraña un punto en particular: que tomen tales riesgos sin provecho aparente. No ganan dinero, ni fama. Tampoco hay una novia a quien dedicarles los mensajes. Todo es por amor al arte, literalmente.
-¿No han surgido chicas que queden enamoradas con su trabajo?- les pregunto.
-No y ya sé para dónde vas. No nos hemos cogido a nadie por esto.

Calidad cultural
-La poesía es un acto muy íntimo. Es una capacidad de sincerar muchas cosas en la vida.
Los años no pasan en vano para el poeta guayanés Francisco Arévalo. El cansancio no han tocado sus letras, ni su corazón, pero sí su vista, por lo que no está al tanto del trabajo de Acción Poética. Al saber de ellos, discurre entre lo que realmente es poesía y vale la pena ser publicado.
-El problema es la forma y el fondo (...) La poesía es arte y arte es rebelarse. Por eso cuando escuchas a Mozart y Beethoven, que todavía levantan suspiros, es porque rompen con la cotidianidad. Cuando una persona canta y rompe con el ruido de la calle, es porque llega a la exaltación. Tiene que ser con calidad.
Los muchachos de Acción Poética tienen esto en cuenta. Aunque bien podrían escribir mensajes de su autoría, prefieren duplicar frases de libros famosos en un intento de difundir la cultura.
-Contéstale que sí es de Gabriel García Márquez de El Amor en Los Tiempos de Cólera. Lo escribimos una vez. Hay mucha gente que nada más que lee la broma y lo identifica. Hay otros que no y lo que buscamos es eso, que leas algo, lo googlees, te guste y te intereses por el libro.
Con cada mensaje intentan que la gente deje de lado el teléfono y la televisión para tomar un libro y aventurarse a un mundo diferente que los dejará con buen sabor de boca.
-Tú sabes que en todos los libros hay una frase contundente, que el autor hace un análisis. Esas son las que buscamos.
Alba Scotto, socióloga y profesora de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), duda que el mensaje tenga tanto efecto como el que los muchachos quisieran. Explica que los graffitis se emplean como una manera de tomar los espacios urbanos con algo diferente y llamar la atención.
-Pero tanto como para meterse en Internet a buscar, no lo estimo, pero sí sirven para hacer una reflexión. Son una manera de distracción cuando vas en una cola, cuando va un peatón. El impacto no es tan trascendente, pero la frase se graba y se puede conectar con un video.
Francisco Arévalo comparte la idea desde una visión distinta. Si bien considera que la poesía estimula, consagra el amor y ayuda a vivir, cree que quien es socorrido es el autor y nadie más.
-Con poesía tú no logras transformar la sociedad. Tú puedes recrear a un lector de un momento determinado y eso contribuye con niveles de civilidad.
Igualmente piensa que cualquier intento para difundir la cultura es bienvenido.
-Estamos en tiempos difíciles donde el arte puede lograr estados de felicidad transitorio. Lo importante es que plasmen en esas paredes buena poesía.

No gusta a todos
Mientras los chicos pintan, el conductor de un vehículo se detiene a mirar. Está lejos, vidrios oscuros arriba, sin ganas de moverse. Ellos continúan rayando la pared con habilidad. No les importa que se trate de algún detractor de su trabajo, molesto por lo que consideran un acto vandálico.
-Rayar espacios públicos sin permiso, así sea poesía, será siempre vandalismo. Ojalá fuese penado con cárcel.
Vittorio Di Bonaventura es uno de ellos. Cada vez que escucha de los movimientos de Acción Poética, frunce el ceño y alza la voz para que su opinión quede plasmada. Para quienes piensan como él, los muchachos tienen una respuesta inmediata.
-Yo no los escucho diciendo diciendo algo cuando escriben “El Cotu lo mama rico”; “Te amo patita por siempre”; “Punkesita te adoro”; mensajes de política y de sindicatos. Es cuestión de cultura.
Quien me acompaña en el recorrido y hace las fotografías, encara a los chicos:
-A mí lo que no me parece es que rayen el paredón de alguien. Que agarren una pared blanca y la ensucien.
-Si reunimos un poquito más, compramos pintura blanca y la rayamos, como debería ser. Cuando son casas y broma, lugares privados no rayamos. Eso lo respetamos.
El conductor baja la ventanilla y empieza a hacer fotografías. Preocupada me acerco a ella para conversar sobre su intención. Resulta ser una chica muy joven y arreglada.
-¡Yo los sigo y me encanta lo que hacen!
Los chicos admiran su obra ya terminada. Se alejan un poco y con las luces del auto divisan bien la frase: Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo. Pertenece a El Amenazado de Jorge Luis Borges. Concluyen que sí, el mural queda mejor con pintura que con spray.
-Ella es su fan – les comento y señalo a la muchacha.
El par se acerca emocionado y conversa unos segundos con la chica. Meten la pintura y los pinceles en el auto que usan esa noche y se despiden. Más paredones los esperan. Más cultura debe ser difundida.

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Reproduzco el texto de mis trabajo publicado en las páginas centrales de Diario Primicia hoy. Allí no me dejaron dar el nombre de los "vándalos". Se trata de Mario Díaz y su primo, Rafael (cuyo apellido se me escapa). Un abrazo a ambos y mil gracias por dejarme entrar en su mundo de pintura. ¡Sigan llenándonos de literatura!





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